domingo, 29 de marzo de 2015

No culpes al Karma de lo que te pasa por gilipollas

Título: No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas
Autor/a: Laura Norton
Año de publicación: 2014
Editorial: Espasa
Nº de páginas: 351
Género: comedia romántica

Sinopsis: Si estás leyendo estas líneas es que te ha llamado la atención el título. ¿Te gustaría decírselo a alguien? ¿Serías capaz de decírtelo a ti mismo?
Y lo más importante: ¿Te gustaría mantener durante un buen rato la sonrisa que se te ha quedado en la cara? Pues esta es tu novela.

Te podríamos contar con más o menos gracia de qué va la cosa, para que te hicieras una idea: que si la protagonista, Sara, es muy maja, que si tiene un trabajo muy interesante (es plumista, ¿a qué nunca lo habías oído?), que si es un pelín obsesiva y alérgica a los sobresaltos...
Por supuesto, la vida se le complica y se encuentra con que su piso se convierte en una especie de camarote de los hermanos Marx cuando en la misma semana se meten a vivir con ella su padre deprimido, su hermana rebelde y su excéntrico prometido y sobre todo, al novio al que lleva mucho tiempo sin ver...
Pero mejor no te lo contamos todo porque te gustará leerlo. Lo único que necesitas saber es que, desde el título, te garantizamos unas cuantas horas de descacharrante diversión como hacía tiempo que no disfrutabas.

Opinión: Efectivamente es una historia con la que te puedes reír y tiene varias situaciones disparatadas. La novela empieza con la juventud de Sara, protagonista en primera persona, y conecta con su vida en la actualidad. Ella lo tenía todo muy organizado hasta que su hermana dice que se va a casar, y el novio resulta ser alguien que había sido importante en la vida de Sara. A partir de esta casualidad y otras más, se desarrolla toda la historia. En cuanto al ámbito temporal la novela está muy bien ambientada en la actualidad. El carácter y la personalidad de los personajes me han parecido bastante creíbles dentro de su entorno. Y hay partes que son un poco exageradas, pero también es verdad que a veces la realidad supera la ficción. El final me ha gustado mucho, y se agradece que acabe bien.
La novela está bien para pasar un buen rato y desconectar.

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