Título: La Casa de los Amores Imposibles
Autora: Cristina López Barrio
Género: Realismo mágico
Sinopsis: Las mujeres Laguna han cargado con una terrible maldición desde el principio de su linaje: una tras otra sufren mal de amores y solo dan a luz niñas que perpetúan esta cruel herencia. Pero cuando después de décadas de pasiones prohibidas y amores trágicos nace el primer varón, se abre la puerta de la esperanza. ¿Será este el fin de la maldición?
Opinión: Aunque este libro es un poco raro, me ha parecido muy entretenido de leer y me ha gustado. Como la propia autora dice es realismo mágico: en el que se mezcla la realidad de contar la historia de una familia en un pueblo de Castilla con elementos sobrenaturales como la maldición que sufren.
A lo largo de la novela se suceden muchas generaciones de mujeres Laguna, todas con su temperamento y sus particularidades. La autora marca de forma muy clara los rasgos de personalidad, aficiones y aspecto físico de cada una. Además, me llama la atención la conexión que se establece entre lo que viven y sienten las protagonistas con el mundo exterior en el que se ve reflejado a través de la naturaleza, por cambios en el clima, por sonidos o por olores. Se describen todas las posibles sensaciones que al final acaban rodeando al lector para que quede atrapado en la historia. Cada mujer Laguna sufre el mal de amores de manera distinta y hay momentos en los que te dan pena y otros en los que no las soportas por su manera de actuar y tratar a los demás. Es más fácil empatizar con algunas mujeres Laguna que con otras. Todos los personajes tienen su lugar y su sentido en este libro, junto con las historias que cuentan y todo lo que les rodea.
Personalmente, me ha faltado algo más en el final, porque aunque tiene sentido y cuadra con la historia, después de haber pasado tantas páginas con los personajes me habría gustado saber algo más de cómo va a seguir el linaje de la familia Laguna.
En resumen, me ha gustado la novela y la recomiendo a los que quieran pasar por esta experiencia porque en algunos momentos la historia parecía querer salir de las páginas y tener vida propia.
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